CONCLUSIÓN
A
partir de los principios pedagógicos de los planes de estudios de la reforma
educativa de la educación media superior, surge el programa de tutorías para
ofrecer a los docentes alternativas en cuanto al enriquecimiento de las
prácticas educativas.
Pues
hoy en día, los jóvenes de nuestra sociedad se enfrentan a una gama extensa de
factores sociales, políticos, económicos, culturales, etc., que influyen en
cada una de sus vidas y por tanto en la toma de decisión para continuar o no
con su educación.
Por
ello, se creó el programa de tutorías como acción integradora de formación del
estudiante el cual coadyude, facilite y favorezca su desarrollo personal y
académico, para que con su variada opción de estrategias de intervención (tutoría
entre pares, tutoría grupal, tutoría individual, etc.) tenga elementos para
seguir con su proceso de aprendizaje y así evitar el rezago educativo.
Por
consecuencia, el tutor debe desempeñar un rol de acompañante pues se convierte
en un guía que diagnóstica y diseña un plan de trabajo, para orientar las
problemáticas de los jóvenes estudiantes a partir de sus necesidades y
cubriendo sus expectativas en torno a su situación e involucrando a sus
docentes y familiares para un resultado favorable.
A
esto se suma el SINATA, que evidentemente su interés reside en la detección
oportuna de los estudiantes en riesgo, mediante estrategias de atención
vocacional y psicosocial, con el fin de darle un seguimiento especializado que
le permita resolver su problemática para un mejor desempeño fuera y dentro del
aula.
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